¿Estás cansada de tener rozaduras en los pies cada vez que usas sandalias nuevas? ¿Cada vez que sales vas cargada con un kit de curas y tiritas por si acaso tus zapatos te duelen?

Lo que iba ser un día de fiesta divertido o de relax con amigos, acaba siendo tu peor pesadilla por culpa del dolor de pies, las molestias que causan los roces y el mal humor que puedes llegar a sentir.

En este artículo me gustaría darte algunos consejos sobre cómo evitarlas gracias a una serie de trucos, así como enseñarte a tratarlas, en caso de que las estés sufriendo.

¿Por qué salen rozaduras en los pies?

Las rozaduras en los pies son muy molestas y pueden llegar a ser algo serio si se te infecta, por eso aunque no es algo que sea de vida o muerte, tampoco hay que quitarle importancia.

Este tipo de heridas salen por el roce piel con piel, normalmente entre los dedos, o piel con calzado, llegando a causar molestias al caminar e incluso a arruinarte la jornada de trabajo o el día de fiesta.

El exceso de sudoración y la falta de hidratación son las dos causas principales de las rozaduras.

En cualquiera de los dos casos, el pie deja de estar perfectamente sujeto al calzado y es cuando comienza a surgir la herida.

Una vez que sabemos cuales son los motivos de estas temibles heridas en los pies, vamos a ver los truquitos para evitar su aparición.

Trucos para evitar rozaduras en los pies

Todos ellos tienen que ver tanto con el cuidado de tus pies, como con el cuidado de tus sandalias.

Vamos allá:

1. Hidrata bien tus pies

Una piel seca es menos resistente, elástica y más debilitada, por tanto será más fácil que te salgan ampollas.

Para cuidarlos y mejorar su aspecto, deberías hidratar tus pies antes de ponerte el calzado.

Para ello utiliza una crema específica, o bien una leche hidratante normal y corriente.

Después de quitarte los zapatos, deberías limpiártelos para quitarte el sudor y volverlos a hidratar.

De esta manera la piel de tus pies estará perfectamente elástica y resistente.

2. Hidrata bien tus zapatos antes de ponértelos

Si en el consejo anterior, te contaba la importancia de hidratar la piel de tus pies, en este punto hablaremos de cómo hidratar la piel de tus zapatos.

Hay que hidratarla muy bien para que sea más elástica y suave, de esta forma el contacto o roce con tus pies no te causarán ningún daño.

Para hacerlo, nada mejor que utilizar una buena crema nutritiva específicamente diseñada para calzado.

Pero si no tienes en casa ninguna, cualquiera que tengas para el cuerpo, también la puedes utilizar para tu calzado.

3. Cómprate en verano zapatos de un número mayor

En verano los pies tienden a hincharse debido a el calor, factor determinante de ese aumento de volumen.

Por ello, debes tener en cuenta que si caminas con un calzado más pequeño del que necesitas, más tarde o más temprano terminarás teniendo una rozadura. Ya sea en el talón o entre los dedos.

En cualquier caso, esto se puede evitar usando en verano un calzado un poco más grande del que usemos normalmente.

4. Usa vaselina en las zonas propensas a las rozaduras

Seguro que tú te conoces mejor que nadie y sabes perfectamente cual es la zona más propensa en la que te suelen salir, por eso, lo recomendable ahora sería hidratar tanto los pies como el calzado.

Podrás protegerte de la aparición de las rozaduras, utiliza vaselina en los puntos específicos donde sabes que te suelen salir. Normalmente, aparecen en el talón y entre los dedos.

Utilizando un poquito, crearás una película deslizante en la zona impidiendo o dificultando que éstas aparezcan.

Hidratar pies

5. Polvos de talco

Como ya apuntamos al principio del artículo, el sudor es una de las causas de las rozaduras, sobre todo entre los dedos.

El exceso de sudor, genera fricción porque el pie deja de estar completamente sujeto al calzado.

Para evitar que esto ocurra, nada mejor que los polvos de talco. Aunque hay productos específicos pensados especialmente para la sudoración de los pies, esta es una de las opciones caseras “low cost”.

6. Utiliza hormas para dar forma a tus zapatos nuevos

Este consejo es muy útil para llevar a cabo un buen cuidado de tus zapatos, además de ayudarte a prevenir la aparición de rozaduras y ampollas.

Seguro que alguna vez te han dado trucos del tipo “mete tus zapatos nuevos en el congelador”, “llénalos de papel de periódico empapado en alcohol”, etc. Pues debes saber que así lo único que conseguirás es deformar el zapato para ensancharlo un poco y acortar la vida útil del mismo.

¿Para qué andarse con trucos caseros cuando lo que lleva siglos funcionando perfectamente son las hormas?

Tanto para zapatos nuevos como para los que llevas tiempo sin ponerte, lo mejor es ensancharlos y darle forma con unas hormas de tus pies.

De esta forma, tendrás unos zapatos nuevos pero sin los inconvenientes de tener que “domarlos” a costa de rozaduras y ampollas.

7. Visita la farmacia más cercana

Si no eres mucho de trucos caseros, también puedes visitar la farmacia más cercana que tengas a mano.

Allí encontrarás cientos de productos, tanto para evitar las rozaduras como para proteger el pie una vez que ya han salido, incluso con ampollas.

Puedes encontrar cremas, vaselinas o productos varios pensados tanto para hidratar tus pies, como para crear una película protectora entre tu piel y la de tus sandalias.

También tienen apósitos, tiritas, esparadrapos normales “de toda la vida”, como los impregnados con sustancias para evitar las rozaduras o curarlas cuando ya han salido.

En cualquier caso, busca siempre comprar artículos que sean transpirables.

Los esparadrapos de papel suelen ser más transpirables que los de plástico, pero ya existen productos muy estudiados y elaborados que permiten la transpiración de la piel perfectamente.

Cómo tratar y curar rozaduras en tus pies

Para terminar con este artículo, me gustaría darte algunos tips para tratar las rozaduras y las ampollas.

Como te mencionaba anteriormente, sobre todo con las ampollas, no estamos ante un peligro de vida o muerte pero sí hay que tomárselo en serio.

La mejor forma de tratar una rozadura, sobre todo en el talón sería:

  • Dejar de utilizar el calzado que la ha provocado durante un tiempo hasta que la zona esté totalmente recuperada.
  • Para recuperar esa zona, primero tendrás que lavarla y secarla muy bien.
  • Después no estaría de más desinfectarla, ya sea con alcohol, agua oxigenada o cualquier otro producto desinfectante que tengas por casa.
  • Por último, deberás hidratarla. Utiliza cremas con base de aloe vera que regenerarán la zona con mucha rapidez, así no tendrás que pasarte muchos días descalza o con chanclas.

Todo esto que comentamos es para heridas que no sean de gravedad. Puede que por otros problemas previos, tu rozadura sea “más fea” y para eso nada mejor que acudir a un dermatólogo.

Ten en cuenta, que la piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo y la primera línea de defensa de nuestro sistema inmunitario.

Cómo tratar y curar ampollas en tus pies

Las ampollas salen por un roce continuo y constante, y no hace falta que sea por mucho tiempo.

Antes de que te salga, verás que tu piel ya te avisa de su aparición con una sensación de calor en la zona, seguido por un enrojecimiento, para terminar finalmente con el ablandamiento de la piel.

La ampolla en sí, es una acumulación de líquido entre las capas de piel.

Se trata de un mecanismo de defensa que pretende defender las capas más profundas de la piel, “sacrificando” la más superficial, la epidermis.

Hay dos casos diferentes a la hora de tratar y curar una ampolla en tus pies:

  • La ampolla es pequeña y la “bolsita” con líquido que se ha formado no está rota.

Cuando es así y está intacta hay que lavar y secar muy bien la zona con cuidado para no romper la piel y derramar el líquido.

No nos olvidemos que ese líquido es un mecanismo de defensa de la epidermis, está ahí para algo.

Deberemos desinfectar la zona y posteriormente cubrirla con una gasa o apósito sin adhesivo, para evitar que la piel (dañada y debilitada) se quede pegada cuando lo retiremos para poner uno nuevo.

  • La ampolla es demasiado grande y dolorosa o la “bolsita se ha roto.

Pero ¿qué hacer cuando la ampolla es demasiado grande y dolorosa, también cuando la piel se ha roto y perdido el líquido?

Lo mejor que se puede hacer es vaciarla sin romper demasiado la piel.

Para eso, desinfecta una aguja de coser y pincha con mucho cuidado, así drenarás la ampolla aliviando la presión en la zona.

El siguiente paso es la limpieza, desinfección y protección de la zona como te hemos contado unas líneas más arriba.

Cuéntame ¿te suelen salir más ampollas en verano?

Sí es así, coméntame qué remedios utilizas para evitar que te salgan.

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