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¡Qué me gusta a mí una boda! No sé si también os pasa a vosotras, pero es un día mágico tanto para los novios, como para las que acudimos de invitada a la boda.
Es un día con un ambiente mágico, te olvidas de todo, los invitados van guapísimos, sólo ves sonrisas y lo único que piensas es “the love is in the air”.
Y eso que yo aún después de diez años de novios no me he casado… Pero quizás algún día lo haga, y por supuesto quiero que sea un día “super especial”.
Últimamente, he asistido a pocas bodas, pero resulta que para este año ya van dos las que tengo. Una fue este mes; que de ahí este maravilloso look con un vestido años 50; y otra para el mes de agosto, que ya os enseñaré el look cuando lo elija.
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El vestido que llevé de invitada a esta boda es un sueño.
Su estampado me encanta y el corte debajo del pecho adornado con la lazada en color rojo es ideal. ¡En cuanto lo ví y me lo probé, lo tuve claro! Tenía que ser para mí.
Para este vestido tan retro, decidí llevar un recogido y adornarlo con unas flores en la misma tonalidad de rojo que el cinturón y el clutch. Los pendientes los elegí en color negro con piedrecitas a juego con el vestido.
Como todos sabemos que las bodas duran bastantes horas, preferí decantarme por unos salones negros que no tuvieran demasiada altura y así logré quedarme hasta la barra libre y hacer de mamá sin quitármelos 🙂
Espero que os haya gustado el look y me dejéis un comentario sobre si lo hubiérais combinado de otra forma.
Vestido : Cocoyog Modas
Clutch: Cocoyog Modas
Pendientes: Parfois
Salones: Ulanka